Aunque la autora ha mantenido a lo largo de su vida una actitud casi monacal con respecto a la difusión de su obra; hoy día está considerada como uno de los clásicos vivos de las letras hispanoamericanas. Su poesía -escasa y sobria; lentamente madurada- transita siempre por los extremos; tensa; como acorralada por una íntima urgencia. Quizá el asunto que con mayor frecuencia aparece en esta poesía sea la muerte; pero una muerte que late y se experimenta en el esplendor de la vida; en los golpes del amor; en los embates del sexo; en la dialéctica entre ausencia y recuerdo. La lectura de estos poemas conforma una experiencia intensa y perdurable y supone el descubrimiento de una de las voces más contundentes y secretamente bellas de la poesía contemporánea.