«El arte del mando era tratar con la naturaleza humana; y él había dedicado su vida a aprenderlo. Colgó la espada del arzón; palmeó el cuello cálido del animal y echó un vistazo alrededor: sonidos metálicos; resollar de monturas; conversaciones en voz baja. Aque - llos hombres olían a estiércol de caballo; cuero; aceite de armas; sudor y humo de leña. Rudos en las formas; extraordinariamente complejos en instintos e intuiciones; eran guerreros y nunca ha - bían pretendido ser otra cosa. Resignados ante el azar; fatalistas sobre la vida y la muerte; obedecían de modo natural sin que la imaginación les jugara malas pasadas. Rostros curtidos de viento; frío y sol; arrugas en torno a los ojos incluso entre los más jóvenes; manos encallecidas de empuñar armas y pelear. Jinetes que se per - signaban antes de entrar en combate y vendían su vida o muerte por ganarse el pan. Profesionales de la frontera; sabían luchar con crueldad y morir con sencillez. No eran malos hombres; conclu - yó. Ni tampoco ajenos a la compasión. Sólo gente dura en un mundo duro.» La crítica ha dicho... «Su estilo elegante se combina con un gran manejo de la lengua española. Pérez-Reverte es un maestro.» La Stampa
Arturo Pérez-Reverte nació en Cartagena; España; en 1951. Fue reportero de guerra durante veintiún años y cubrió dieciocho conflictos armados para los diarios y la televisión. Con más de veinte millones de lectores en el mundo; traducido a cuarenta idiomas; muchas de sus obras han sido llevadas al cine y la televisión. Hoy comparte su vida entre la literatura; el mar y la navegación. Es miembro de la Real Academia Española y de la Asociación de Escritores de Marina de Francia.